DESCONEXIÓN (Reseña)

La tecnología se ha apoderados de las relaciones humanas y sus formas de comunicarse.
Una pareja se encuentra de repente en peligro de que sus más profundos secretos sean publicados en la red. Un abogado a roto su vinculo familiar a causa de su teléfono celular. Una periodista se involucra en lo que cree ser el reportaje de su vida, cuando contacta a un adolescente que trabaja como cam-boy. Un expolicía se esfuerza por enfocar a su hijo, un chico que muestra tener poco escrúpulo al acosar en las redes sociales a un compañero de escuela.
Los que parecen no conocerse se ven muy interconectados en sus propias desconexiones familiares, sociales y emocionales.

Calificación: 4,5 de 5 puntos.

Henry-Alex Rubin ha dado en el clavo con esta producción que para los más acérrimos amantes de lo tecnológico es "antimoderna", pero para mí representa un visión supremamente crítica de una realidad que se ha empoderado de nuestras vidas: la tenebrosa invasión de la tecnología en las más íntimas dimensiones humanas. "DESCONEXIÓN" es una exploración de la cotidianidad tras puertas cerradas que sin saberlo, sin siquiera esperarlo, llega a hacerse pública con resultados desastrozos, capaces de acabar con una imagen, con un proyecto y hasta con la vida misma. Esta película no es negativa, trágica o exagerada, lo que realmente hace es lograr que el espectador se identifique con los personajes y sus conflictos: aquel que visita páginas porno mientras su esposa duerme, o quien entra a un chat para librarse de la soledad; aquella adolescente que visita blogs donde le enseñan a purgar su estómago, o los "todopoderosos" estudiantes que se dedican a crear perfiles falsos para acosar a sus pares. Una realidad en la pantalla que nos recuerda que la tecnología puede ser un arma realmente peligrosa como poderosa en las mentes equivocadas. El ritmo de la película responde acertadamente a lo que se espera del suspenso aún dentro de una producción que se supone trae consigo un moraleja. La angustia es impactante en la medida en que descubrimos como los personajes se van sumergiendo más y más en ese mar de anonimatos, cada vez más enredados e impotentes. La construcción de escenas es fabulosa, coherente, integrando de manera inteligente los diversos dilemas en personajes dispares, y sin querer hacer un spoiler (que no lo es), a diferencia de otras tantas películas con "mensaje inmerso", esta no cuenta con un final feliz.